sábado, 23 de febrero de 2008

CLASIFICACIÓN

- Clasificación -
Las fuentes renovables de energía pueden dividirse en dos categorías: no contaminantes o limpias y contaminantes. Entre las primeras:
El Sol:
energía solar.
El viento:
energía eólica.
Los ríos y corrientes de agua dulce:
energía hidráulica.
Los mares y océanos:
energía mareomotriz.
El calor de la Tierra:
energía geotérmica.
Las olas:
energía undimotriz.
Las contaminantes se obtienen a partir de la materia orgánica o
biomasa, y se pueden utilizar directamente como combustible (madera u otra materia vegetal sólida), bien convertida en bioetanol o biogás mediante procesos de fermentación orgánica o en biodiésel, mediante reacciones de transesterificación y de los residuos urbanos.
Las energías de fuentes renovables contaminantes tienen el mismo problema que la energía producida por combustibles fósiles: en la combustión emiten dióxido de carbono, gas de efecto invernadero, y a menudo son aún más contaminantes puesto que la combustión no es tan limpia, emitiendo
hollines y otras partículas sólidas. Sin embargo se encuadran dentro de las energías renovables porque el dióxido de carbono emitido ha sido previamente absorbido al transformarse en materia orgánica mediante fotosíntesis.
También se puede obtener energía a partir de los residuos sólidos urbanos, que también es contaminante.

jueves, 21 de febrero de 2008

Como se creó el submarino de Patryk

Primero, Patryk cogió dos botella y las partió por la mitad. Después juntó las dos partes de ariba de la botella con cinta aislante y una de las partes de abajo de la botella la puso encima de las otras dos. Así cogió ya su maqueta forma de submarino.
Más tarde hizo dos rajas en el submarino por los lados, y por otro lado, cortó el atril de tablet de el año anterior y lo metió en forma de alas por las rajas del submarino.

Cuando terminó, metió dentro del submarino las pilas, los cables, el interruptor, el motor y la hélice. Todo junto para que la hélice se pudiera mover.

Por último, cubrió el submarino con papel de periódico y cola blanca y lo pintó de negro.

Al final, con ayuda Patryk lo consiguió, y le quedó muy bien.

Por dentro era algo así:


La hitoria del cargador roto

Todo empezó en una clase normal. Cintia estaba trabajando con su tablet, cuando no se sabe como, su cargador explotó.

Cintia exclamo:

- ¡Oh, no! Mi cargador a llegado a su fín. Mi cargador a exhalado, y su cable se a quedado pelado.

Cintia, pensaba que desde ese momento, siempre tendría que pedir el cargador a todo el mundo y que su madre le gritaría mucho y le haría dormir sobre un trozo de franela por romperlo.

Claro, que Cintia no había roto el cargador a propósito, si no que todo fue un accidente.

Cuando llegó a casa para hacer los deberes se le agotó la batería, y ella se quedó en blanco. Al no tener cargador, Cintia no podía seguir con sus deberes, y no le quedó más remedio que decírselo a su madre.

Menos mal que ella, ese asunto del cargador le pareció insignificante e intranscendente.

Al final todo se arregló, y a los pocos días Cintia volvió a tener cargador de nuevo.

viernes, 8 de febrero de 2008

¡Y que churros!


Quien nos iba a decir que estos churros nos iban a dar tantos problemas.

Bueno, primero me presento. Me llamo Coral, y la semana pasada, fui al parque de atracciones que había cerca de mi pueblo con mis amigas.

Allí compramos unos churros, y empezamos a comérnoslos.
Yo, noté que el churro que entonces me metía a la boca, estaba más duro de lo normal. Y lo tiré a la basura.

Por otro lado, una señora llamada la señora Celeste, buscaba su anillo de topacio que le había costado muy caro según ella, aunque yo pienso que con lo que ganaba, no le supondría mucho dinero.
También el señor que estaba en la tienda de churros, buscaba un anillo, ¡y que casualidad, también de topacio!

Desde ese momento, pensé en que eso no era una simple coincidencia, si no que los dos buscaban el mismo anillo.
Así que empecé a interrogarles uno por uno.

Primero interrogué al señor del puesto de churros, y me dijo que él si no encontraba el anillo que buscaba, no podría comprar más comida que unos simples churros y alguna que otra rosquilla.

Después, fue el turno de la señora Celeste, y comentó que ella se había puesto el anillo, y después de comerse unos churros, se le había caído y como ella no veía muy bien, no sabía donde había caído su preciado anillo.

Más tarde pensé en donde se podía haber caído. De repente, me vino a la cabeza el churro que tiré a la basura.

- ¡Claro! Exclamé.

A la señora Celeste se le había caído el anillo en la masa de los churros.
Y el señor de la churrería lo encontró, por eso se lo quedó, para pagar sus gastos.
Pero se le volvió a caer a la masa de los churros.
Desde entonces se pusieron a buscar el anillo los dos a la vez.
Entonces, el anillo debería de estar…
En el churro que tiré a la basura por que estaba duro.

Corrí hasta la papelera, cogí el churro y le saqué el anillo.
Hay estaba, la señora Celeste llegó enseguida y me miró muy enfadada.
Ella pensó que yo había escondido el anillo, y me las apañé para explicarle que todo había sido culpa de los churros.

¡Los churros son los culpables, ellos han raptado el anillo!