miércoles, 10 de diciembre de 2008

El regalo, los búhos y la magia de Navidad

Y esa mañana de invierno me levante y no estaba en mi cama.

Todo sucedió muy deprisa, yo estaba en mi casa cenando el día de noche buena, cuando de repente las ventanas se abrieron de par en par y un viento fuertísimo, me llevó consigo.

Fui volando hasta un lugar muy extraño, donde el cielo era muy azul y la nieve no estaba fría. Caminando, caminando, llegué a un pueblecito en el que las casas, estaban construidas en los troncos de los árboles.

No estaba muy segura de que hacer, pero la curiosidad, me llevó a entrar en una de las casas.

Era una casa muy bonita, todo era de madera, y al lado del fuego encontré a dos búhos del tamaño de una persona de 12 años calentándose.

Enseguida me vieron, y comprendí al instante que eran unos búhos especiales, por que además de su altura, también sabían hablar.



Los tres no hicimos muy amigos, y a mí ya se me olvidaba que antes de llegar a ese lugar, estaba cenando tranquilamente con mis familiares.




Los dos búhos, me invitaron a quedarme en su casa durante la noche y yo que estaba muerta de sueño, acepté.

A la mañana siguiente, me levanté, pero no estaba en la cama, estaba dormida en el sofá del salón.

Todo me parecía muy extraño, pero a los cinco minutos comprendí, que todo había sido un sueño. Los regalos del día de navidad, estaban junto a la chimenea y mis primos y primas, se despertaban y bajaban corriendo por las escaleras para recoger sus regalos.

Abrí mi regalo, y me encontré unas figuritas pequeñas de dos búhos. Mientras los miraba, me pareció que me guiñaban el ojo y en ese momento recordé, que era navidad y que en estas fechas todo cobraba vida y magia.

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